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Consecuencias de los trastornos musculo-esqueléticos

En Tekipeo, entendemos que un ambiente laboral saludable es clave para la productividad y el bienestar de los empleados. Sin embargo, los Trastornos Musculoesqueléticos (TME) siguen siendo una de las principales afecciones relacionadas con el trabajo, afectando músculos, tendones, esqueleto óseo, articulaciones, cartílagos y ligamentos. En este artículo, exploraremos de qué forma afectan a los trabajadores y su impacto en las empresas.

¿Cuáles son las causas principales de los TME?

Los trastornos musculo-esqueléticos relacionados con el trabajo tienen un origen laboral multifactorial, influenciado por:

Factores biomecánicos: movimientos repetitivos, esfuerzo físico excesivo, posturas mantenidas y manipulación manual de mercancías.

Factores organizacionales: ritmos de trabajo intensos, carga de trabajo excesiva, turnos prolongados, falta de pausas adecuadas y exigencias de producción elevadas.

Factores psicosociales: estrés relacionado con el trabajo, presión por productividad, falta de control sobre las tareas y ausencia de apoyo social en el entorno laboral.

Condiciones ambientales: exposición a vibraciones, bajas temperaturas, iluminación deficiente y uso prolongado de guantes o herramientas inadecuadas.

Factores individuales: edad avanzada, predisposición genética, antecedentes de lesiones del aparato locomotor y sedentarismo.

Según datos estadísticos, la alta prevalencia de los TME en diversas categorías ocupacionales, como el personal de enfermería, operarios de fábricas y oficinistas, es significativamente alta. En todo el mundo, estos trastornos afectan a millones de trabajadores y generan un efecto en la productividad de las empresas, además de causar daños en la salud de los empleados.

La combinación de estos factores de riesgo puede aumentar la incidencia en trabajadores, por lo que este estudio enfatiza la importancia de diseñar nuevos métodos de trabajo para reducir su impacto en el sistema musculo-esquelético.

¿Cuáles son los sectores más afectados?

Algunas industrias tienen un mayor riesgo de desarrollar TME debido a la naturaleza de sus actividades. Entre los sectores más afectados encontramos:

  • Transporte y logística: conductores y operarios de almacén enfrentan esfuerzos frecuentes, levantamiento de cargas y exposición prolongada a vibraciones.
  • Comercio: cajeros, reponedores y empleados de atención al cliente realizan movimientos repetitivos y largas jornadas de pie.
  • Industria agroalimentaria: trabajadores en plantas de producción están expuestos a posturas forzadas y manipulación manual de alimentos o maquinaria pesada.
  • Edificación y obras públicas: albañiles y obreros están expuestos a esfuerzos físicos intensos, malas posturas y manipulación constante de materiales pesados.
  • Limpieza y mantenimiento: empleados del sector limpieza realizan movimientos constantes con productos químicos y herramientas pesadas, lo que puede causar lesiones musculares.
  • Industria metalúrgica: manipulación de materiales pesados y exposición a vibraciones continuas pueden provocar daños en músculos y articulaciones.
  • Alojamiento para personas mayores dependientes: cuidadores y personal de enfermería realizan esfuerzos físicos al movilizar pacientes, lo que incrementa el riesgo de lesiones.

¿Qué consecuencias socio-profesionales generan los TME?

El impacto de los TME en una empresa va más allá del trabajador afectado, generando importantes repercusiones en la operatividad y el bienestar del equipo. Algunas de las principales consecuencias incluyen:

  • Redistribución del volumen de trabajo: la ausencia de un empleado afectado por un TME obliga a sus compañeros a asumir responsabilidades adicionales, aumentando su carga laboral y riesgo de fatiga. 
  • Desorganización interna y retrasos: la baja médica de un trabajador puede afectar la planificación de tareas, provocar demoras en la producción y comprometer los plazos de entrega. 
  • Deterioro del ambiente laboral: un equipo con sobrecarga de trabajo y sin los recursos adecuados es posible experimentar estrés, frustración y tensiones internas, afectando la motivación y el rendimiento general. 
  • Posibles despidos o bajas prolongadas: cuando los TME se agravan, pueden derivar en incapacidades parciales o permanentes, impactando la estabilidad laboral del trabajador y generando costos adicionales para la empresa en sustituciones y procesos de formación. 
  • Impacto en la imagen corporativa: empresas con altos índices de TME pueden enfrentar problemas de reputación y dificultad para retener o atraer talento debido a un entorno de trabajo percibido como riesgoso.

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¿Cuáles son los costos económicos de los TME en las empresas?

Desde un punto de vista financiero, los TME representan una carga considerable para las empresas. Se estima que generan más de 2.000 millones de euros anuales en costos de cobertura y cotizaciones, lo que supone un gasto significativo para el sector empresarial. Además, la cantidad de días hábiles perdidos por bajas médicas y reducción de la capacidad laboral asciende a 860.000, impactando directamente en la continuidad operativa de las compañías.

El rendimiento y el cumplimiento de objetivos también se ven afectados, ya que las ausencias prolongadas de los empleados reducen la productividad y dificultan la ejecución de tareas esenciales dentro de la organización. Como consecuencia, las empresas deben destinar recursos adicionales para la contratación y formación de nuevos empleados que reemplacen a los trabajadores lesionados. Este proceso no solo implica costos financieros adicionales, sino que también afecta la eficiencia y el equilibrio en los equipos de trabajo.

Síntomas y efectos en la salud

Los TME pueden manifestarse de diversas maneras, afectando la funcionalidad del trabajador y su calidad de vida:

  • Dolor localizado a nivel dorsal o lumbar, nivel de cuello, hombros, codos y muñecas, generalmente causado por posturas forzadas, aplicación de fuerza o movimientos repetitivos.
  • Fatiga muscular que disminuye la resistencia física tras esfuerzos prolongados o actividades muy frecuentes, afectando la capacidad de desempeño en el trabajo.
  • Inflamaciones tendinosas que pueden derivar en afecciones crónicas, reduciendo la movilidad y generando molestias persistentes en las articulaciones.
  • Síndrome del túnel carpiano, caracterizado por entumecimiento, debilidad y pérdida de sensibilidad en la muñeca y la mano, afectando la destreza manual.
  • Restricción del movimiento, que en casos avanzados  provoca discapacidad parcial o total, limitando la autonomía del trabajador.
  • Impacto emocional, incluyendo estrés, ansiedad y disminución del bienestar mental debido al dolor constante y la incertidumbre laboral.
  • Dolor lumbar y alteraciones en la postura desencadenan problemas musculares adicionales, generando una carga adicional sobre la columna vertebral y el sistema musculoesquelético.
  • Dificultades para la recuperación: sin un tratamiento adecuado, los síntomas pueden prolongarse en el tiempo, afectando la calidad de vida y la capacidad para reincorporarse plenamente a las actividades laborales.

La detección temprana de estos síntomas es crucial para evitar complicaciones y facilitar el tratamiento adecuado. Implementar estrategias de prevención y fomentar hábitos saludables en el lugar de trabajo minimizan la aparición de estos trastornos y mejorar la calidad de vida de los empleados.

¿Cómo prevenir los TME en el trabajo?

La prevención de los TME es fundamental para reducir su impacto en la salud de los trabajadores y mejorar la eficiencia en el entorno laboral. Para ello, es importante contar con una ergonomía adecuada en el mobiliario y las herramientas de trabajo, asegurando que los empleados adopten posturas correctas y minimicen la tensión en músculos y articulaciones. Además, es recomendable incorporar pausas activas a lo largo de la jornada para disminuir la fatiga muscular y prevenir molestias y dolores.

Otra estrategia clave es la rotación de tareas, que permite distribuir de manera equitativa los esfuerzos físicos y reducir la repetitividad de ciertos movimientos que pueden derivar en lesiones. Asimismo, la concienciación y formación sobre posturas correctas y el cuidado de la espalda juegan un papel fundamental en la prevención de los TME. Finalmente, las evaluaciones médicas periódicas son esenciales para detectar problemas a tiempo y garantizar el bienestar y la seguridad del trabajador.

Para profundizar en este enfoque y conocer más herramientas de prevención adaptadas a la actividad física en el entorno laboral, le invitamos a leer el artículo de prevención de riesgos ligados a la actividad física.

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